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iBTK en Linfoma del Manto. Esperanzas de sobrevida con menor toxicidad.


Introducción: El linfoma del manto (LCM) es una neoplasia linfoproliferativaB que puede tener un comportamiento agresivo, requiriendo en muchas oportunidades quimioterapia intensiva y trasplante autólogo de progenitores hematopoyéticos. Los pacientes mayores de 65 años o con comorbilidades no pueden recibir dichas terapias dado el alto riesgo de toxicidad asociada por lo que se requiere de tratamientos basadas en moléculas dirigidas y anticuerpos monoclonales para intentar disminuir el alto riesgo de recurrencia y mortalidad de esta enfermedad. Dentro de estas moléculas están los inhibidores directos de la tirosina kinasa de Bruton (BTKi) que han modificado el curso pronóstico de linfomas B incluyendo esta población.

Estudio: Fase III (SHINE; NCT01776840) (Journal of Clinical Oncology 40, no. 17_suppl June 10, 2022) evaluó la combinación de ibrutinib (Ibr) con bendamustina (B) y rituximab (R) seguido de mantención con R en pacientes con LCM sin tratamiento previo.

Población: Pacientes con LCM mayores 64 años (mediana edad 71 años, 65-87) estratificados por score de MIPI simplificado siendo los de riesgo bajo e intermedio un 65.6%, con un 8,6% de histología blastoide/pleomórfico. Fueron randomizados a Ibr 560mg al día o placebo, en combinación 6 ciclos de R 375mg/m2 y bendamustina (B) 90mg/m2/por 2 días por ciclo. Los pacientes que lograron remisión completa (RC) recibieron mantención con R cada 8 semanas por 12 dosis.

Resultados: Con una mediana de seguimiento de 84.7 meses, el grupo Ibr-BR + R mantención logró una mediana de sobrevida libre de progresión (SLP) de 80.6 meses (una mejoría de más de un 50%) en comparación a la mediana de SLP del grupo control de 52.9 meses. No hubo diferencias en sobrevida global entre ambos grupos, sin embargo, el tiempo a un nuevo tratamiento fue menor en el grupo placebo, requiriendo una segunda línea en un 19.9% vs un 46.5% respectivamente.

Los efectos adversos grado 3 y 4 fueron similares en ambos grupos (81.5% y 77.3% respectivamente) con una tasa de fibrilación auricular mayor en el grupo intervención (13.9% vs un 6%). Las Tasas de sangrado patológico, hipertensión, artralgias y segundas neoplasias fueron similares, así como la evaluación de escalas calidad de vida de los pacientes.

Conclusión: La combinación Ibr-BR-R mantención mejora significativamente la SLP en comparación a BR-R mantención, logrando una mediana de 6.7 años.

Comentario: La adición de terapias dirigidas como los inhibidores de tirosina kinasa de Bruton a los tratamientos convencionales en linfomas B deben ser los estándares de oro en caso de linfomas con altas tasas de recurrencias como lo es el LCM. En este caso, la principal ventaja está dada en que pacientes con LCM podrían vivir sin enfermedad casi 7 años, lo que puede significar para un adulto mayor grandes beneficios en su calidad de vida. Si bien las escalas de calidad de vida fueron similares en ambos grupos, debemos destacar que en caso de recaídas muchos de los pacientes del grupo BR-R, recibieron en segunda lína un BTKi lo que apoya más aún la necesidad de dirigir las terapias, paradigma actual de la hematología de precisión


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